jueves, 20 de diciembre de 2012

Experiencia traumática

William C. Bond empleó en diciembre de 1.849 un telescopio refractor de 380 mm con el que captó la imagen de nuestro satélite en 20 minutos. La calidad de la misma era inigualable hasta el momento: en la Gran Exposición celebrada en Londres causó sensación entre el público británico.

En la década de los '70, una serie de artículos de prensa sugirieron la posibilidad de que los primeros astronautas habían encontrado naves e instalaciones extraterrestres tanto en el Mar de la Tranquilidad y como en otros puntos de la geografía lunar.

Las transcripciones de las conversaciones entre Houston y los distintas expediciones lunares apuntaban la posibilidad de que los intrépidos astronautas estaban en una situación muy fuera de su alcance. El día de navidad de 1.968, se produjo un evento extraordinario: mientras que la cápsula Apolo 8 circunvalaba la esfera lunar las comunicaciones quedaron interrumpidas por un espacio de 6 minutos que parecían interminables.

Después de este lapso, los controladores en Houston pudieron escuchar que el astronauta James Lovell decía: "Acaban de decirnos que existe Papá Noel". Los aparatos de monitoreo clínico en tierra comprobaron que el pulso de astronauta había saltado repentinamente a 120 pulsaciones por minuto, habiendo permanecido en la gama normal antes del evento.

El aterrizaje de la misión Apolo 11 en el Mar de la Tranquilidad fue caracterizado por la singular "serenata" de sonidos –que asemejaban los silbidos de un tren y ruidos de maquinaria– que interrumpieron el canal de comunicación segura entre el Módulo de Excursión Lunar y CAPCOM en Houston, haciendo que este último preguntara a los astronautas "si tenían compañía allá arriba".

Existe también la creencia muy arraigada de que la misión Apolo 13 casi fue destruida por un haz de energía disparado por un OVNI contra el módulo de servicio.

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